Descubre las muchas formas en las que la amabilidad tiene un impacto positivo en tu cerebro y en tu cuerpo… es incluso bueno para tu corazón.
La amabilidad produce muchos y muy beneficios efectos para el cuerpo, mente y espíritu
¿Alguna vez has notado que la amabilidad es una de esas extrañas paradojas en las que somos más felices cuando hacemos a otros felices? El viejo refrán dice algo como lo siguiente: "Trata a los demás como quieres ser tratado", y aunque es algo que aprendemos desde una edad muy temprana, ¿sabías que hay muchos beneficios reales asociados a la manera en la que tratamos a los demás?
Ser amable con los demás es serlo también contigo mismo
Los estudios han demostrado que, de niños, estamos predispuestos biológicamente a ser amables, y que podemos desarrollar este rasgo a base de práctica y repetición. Sin embargo, debido a las influencias externas y a las presiones del día a día, a veces podemos perder esta capacidad inherente. La amabilidad y la empatía nos ayudan a relacionarnos con otras personas y a tener relaciones más positivas con los amigos, la familia e incluso con los desconocidos que encontramos en nuestra vida cotidiana. Además de mejorar las relaciones personales, la amabilidad puede hacernos más saludables. Descubrir cómo ser amable con los demás tiene una serie de efectos positivos tanto para usted como para las personas con las que es amable. Aquí 10 formas de mejorar tu propia salud y felicidad a través de la amabilidad.
1. La bondad nos hace más felices
Cuando hacemos algo amable por otra persona, nos sentimos bien. En el plano espiritual, muchas personas creen que esto se debe a que es lo correcto y a que estamos recurriendo a algo profundo dentro de nosotros que dice: "Esto es lo que soy".
A nivel bioquímico, se cree que la buena sensación que tenemos se debe a los niveles elevados de las versiones naturales del cerebro de la morfina y la heroína, que conocemos como opioides endógenos. Provocan niveles elevados de dopamina en el cerebro y así obtenemos un subidón natural, a menudo denominado "subidón del ayudante".
2. La bondad es buena para el corazón
Los actos de amabilidad suelen ir acompañados de calor emocional. El calor emocional produce la hormona oxitocina en el cerebro y en todo el cuerpo. Recientemente, se ha puesto de manifiesto su importante papel en el sistema cardiovascular.
La oxitocina provoca la liberación de una sustancia química llamada óxido nítrico en los vasos sanguíneos, que los dilata (expande). Esto reduce la presión arterial y, por tanto, la oxitocina se conoce como una hormona "cardioprotectora" porque protege el corazón (al reducir la presión arterial). La clave es que los actos de amabilidad pueden producir oxitocina y, por tanto, se puede decir que la amabilidad es cardioprotectora.
3. La bondad retrasa el envejecimiento
El envejecimiento a nivel bioquímico es una combinación de muchas cosas, pero dos culpables que aceleran el proceso son los radicales libres y la inflamación, ambos resultado de tomar decisiones de estilo de vida poco saludables.
Sin embargo, las investigaciones más destacadas demuestran que la oxitocina (que producimos a través del calor emocional) reduce los niveles de radicales libres e inflamación en el sistema cardiovascular y, por tanto, frena el envejecimiento en su origen. Por cierto, estos dos culpables también desempeñan un papel importante en las enfermedades del corazón, así que ésta es otra razón por la que la amabilidad es buena para el corazón.
También se ha sugerido en las revistas científicas el fuerte vínculo entre la compasión y la actividad del nervio vago. El nervio vago, además de regular el ritmo cardíaco, también controla los niveles de inflamación en el cuerpo. Un estudio en el que se utilizó la meditación budista tibetana "Compasión amorosa" descubrió que la bondad y la compasión reducían la inflamación del cuerpo, probablemente debido a sus efectos sobre el nervio vago.
4. La amabilidad mejora las relaciones
Este es uno de los puntos más obvios. Todos sabemos que nos gusta la gente que nos muestra amabilidad. Esto se debe a que la amabilidad reduce la distancia emocional entre dos personas y así nos sentimos más "unidos". Es algo tan fuerte en nosotros que en realidad es algo genético. Estamos programados para la amabilidad.
Nuestros ancestros evolutivos tuvieron que aprender a cooperar entre sí. Cuanto más fuertes eran los lazos emocionales dentro de los grupos, mayores eran las posibilidades de supervivencia y por eso los "genes de la amabilidad" se grabaron en el genoma humano.
Así que hoy en día, cuando somos amables con los demás, sentimos una conexión y se forjan nuevas relaciones, o se refuerzan las ya existentes.
5. La amabilidad es contagiosa
Cuando somos amables, inspiramos a otros a serlo, y los estudios demuestran que esto crea un efecto dominó que se extiende a los amigos de los amigos de nuestros amigos, a 3 grados de separación. Al igual que un guijarro crea olas cuando se deja caer en un estanque, los actos de amabilidad se extienden hacia fuera tocando las vidas de los demás e inspirando amabilidad por dondequiera que pase la ola.
Un estudio informó que una persona anónima de 28 años entró en una clínica y donó un riñón. Esto desencadenó un efecto dominó del tipo "págalo", en el que los cónyuges u otros familiares de los receptores de un riñón donaron uno de los suyos a otra persona necesitada. El "efecto dominó", como se denominó en el informe del New England Journal of Medicine, se extendió a lo largo y ancho de Estados Unidos, donde 10 personas recibieron un nuevo riñón como consecuencia de ese donante anónimo.
6. La amabilidad ayuda al sistema inmunitario
Las investigaciones demuestran que la amabilidad (debido a lo que se siente cuando se es amable) aumenta los niveles de un importante anticuerpo del sistema inmunitario conocido como "inmunoglobulina A secretora" (s-IgA para abreviar). Uno de los datos más sorprendentes de esta investigación es que el efecto se activa simplemente observando la amabilidad. Sí, "observando" la bondad. Funciona porque el efecto de refuerzo inmunológico se debe a la sensación de amabilidad, que es la misma tanto si se hace amabilidad como si se observa amabilidad. Lo contrario es cómo el estrés suprime la función inmune y, de forma similar, eso se debe a cómo se siente el estrés, tanto si experimentas algo estresante como si te sientes estresado por ver contenido negativo en línea.
Así que, además de ser amable, ¿por qué no reducir tu exposición a los contenidos negativos en línea, o incluso reducir la cantidad de noticias que ves? En su lugar, aumenta la cantidad de contenido inspirador que ves. Mira y comparte vídeos y clips que muestren actos de bondad y compasión. Sigue las cuentas de las redes sociales que te animan.
Esto no es sólo una sensación psicológica de bienestar. Tiene consecuencias de refuerzo inmunológico.
7. La amabilidad libera hormonas de bienestar
¿Te has dado cuenta de que cuando haces algo bueno por otra persona, tú también te sientes mejor? Esto no es algo que ocurra al azar, sino que tiene que ver con los centros de placer del cerebro.
Hacer cosas buenas por los demás aumenta la serotonina, el neurotransmisor responsable de la sensación de satisfacción y bienestar. Al igual que el ejercicio, el altruismo también libera endorfinas, un fenómeno conocido como "subidón del ayudante".
Así que anímate y hazte voluntario, ayuda a alguien que lo necesite, invita a alguien a un café o a una comida, o prueba una de estas ideas: puede ser justo el estímulo que necesitas.
8. La amabilidad favorece la salud mental
Muchas investigaciones demuestran que la amabilidad aumenta la felicidad. Los estudios que comparan a las personas a las que se les pide que sean más amables con las que actúan normalmente muestran que los que hacen más amabilidad suelen sentirse más felices como consecuencia de ello. Otras investigaciones demuestran que la amabilidad ofrece cierta protección contra la depresión. Los estudios que comparan a las personas que realizan un trabajo voluntario con regularidad con las que no lo hacen muestran índices mucho más bajos de depresión en los voluntarios.
Los efectos de aumentar la felicidad y contrarrestar la depresión parecen tener sus raíces en los efectos neurológicos de la sensación de amabilidad, pero además la amabilidad se nutre de algo profundo y espiritual en nosotros.
Los estudios de imágenes cerebrales indican que los sentimientos de amabilidad y compasión provocan cambios físicos en el córtex prefrontal del cerebro, que se inclina hacia el lado izquierdo. Es la porción del cerebro que está detrás y encima de los ojos. Se sabe que esta porción de la mano izquierda es un área asociada a la emoción positiva. Con la práctica de la bondad y la compasión, el área crece como crece un músculo cuando lo ejercitamos. El resultado es que cualquier cosa para la que se utiliza esa zona se vuelve más fácil de acceder, al igual que cualquier cosa para la que se utiliza un músculo se vuelve más fácil si se ha fortalecido mediante el ejercicio. Y así, la bondad y la compasión fortalecen esta región del cerebro, facilitando el acceso a las emociones positivas.
Pero la amabilidad también puede ser un acto espiritual. La amabilidad se alimenta de algo muy profundo en nuestro interior, de la certeza de que lo que hacemos es lo correcto. Tal vez esa sea la verdadera raíz de por qué la amabilidad nos hace sentir bien y tal vez, en algún nivel profundo, los efectos físicos en el cuerpo sean la recompensa de la naturaleza por expresar lo mejor de nosotros.
Referencias: Todos los estudios mencionados del 1 al 8 se pueden encontrar en los dos libros sobre la amabilidad del Dr. David R. Hamilton, "The Five Side Effects of Kindness" y "The Little Book of Kindness".
Fuente: Dr. David R. Hamilton
9. La amabilidad reduce la ansiedad
La ansiedad, ya sea un nerviosismo leve o un pánico severo, es una experiencia humana extremadamente común. Aunque hay varias formas de reducir la ansiedad, como la meditación, el ejercicio, los medicamentos recetados y los remedios naturales, resulta que ser amable con los demás puede ser una de las formas más fáciles y económicas de mantener la ansiedad a raya.
Como señala un estudio sobre la felicidad de la Universidad de Columbia Británica (UBC), "la ansiedad social se asocia con un bajo afecto positivo (AP), un factor que puede afectar significativamente al bienestar psicológico y al funcionamiento adaptativo". El afecto positivo se refiere a la experiencia de estados de ánimo positivos de un individuo, como la alegría, el interés y el estado de alerta.
Los investigadores de la UBC descubrieron que los participantes que realizaban actos amables mostraban un aumento significativo de la AF que se mantenía durante las cuatro semanas del estudio.
Así que, la próxima vez que te sientas un poco ansioso, busca oportunidades para ayudar a los demás. Esto puede ir desde sonreír a alguien o llamar a un amigo hasta ser voluntario o prestar su tiempo a una organización. Incluso un pequeño gesto puede suponer una gran diferencia.
10. La amabilidad reduce el estrés
En nuestra ajetreada vida, siempre en movimiento, buscamos constantemente formas de reducir el estrés. Puede ser más fácil de lo que pensamos.
Ayudar a los demás te permite salir de ti mismo y tomarte un respiro de los factores estresantes de tu propia vida, y este comportamiento también puede hacer que estés mejor equipado para manejar situaciones estresantes.
El comportamiento afiliativo es cualquier comportamiento que fomente tus relaciones con los demás. Según un estudio sobre los efectos del comportamiento prosocial en el estrés, "el comportamiento afiliativo puede ser un componente importante del afrontamiento del estrés e indica que realizar un comportamiento prosocial (acción destinada a ayudar a los demás) podría ser una estrategia eficaz para reducir el impacto del estrés en el funcionamiento emocional".
11. (Extra) La amabilidad previene de enfermedades
La inflamación del cuerpo está asociada a todo tipo de problemas de salud, como la diabetes, el cáncer, el dolor crónico, la obesidad y las migrañas. Según un estudio de adultos de entre 57 y 85 años, "el voluntariado manifestó la mayor asociación con niveles más bajos de inflamación". La oxitocina también reduce la inflamación, e incluso pequeños actos de amabilidad pueden desencadenar la liberación de oxitocina.
¡Ser amable con los demás es ser amable contigo mismo!
Aunque no estamos sugiriendo que seas amable por lo que obtienes de ello, es bueno saber estas cosas. Tanto si eres amable por naturaleza como si estás trabajando en ello, todos ganamos. ¡Ser amable con los demás es ser amable contigo mismo!
Referencias: Los estudios del 1 al 8 se pueden encontrar en los dos libros sobre la amabilidad del Dr. David R. Hamilton, ‘Los cinco efectos secundarios de la amabilidad‘ y ‘El pequeño libro de la amabilidad‘.- Los estudios del 9 al 11 se pueden encontrar en QueitRev.com
Más información:
- Stefan Klein, Survival of the Nicest: Cómo el altruismo nos hizo humanos y por qué vale la pena llevarse bien
- Kristin Neff, Autocompasión: Deja de castigarte y deja atrás la inseguridad
- Semana 3 de "La ciencia de la felicidad" en edX
- Alex Dixon, "Sweet Charity", revista Greater Good
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